Quizás no muchas personas se hacen la pregunta, pero si hacemos una rápida búsqueda por la web no es difícil sacar algunas conclusiones, como por ejemplos que cuando buscamos “bautizo” la mayoría de la información que nos arroja nuestro navegador está ligada a todo tipo de sitios, desde centros de eventos, sitios de planificadores de fiestas y también al ritos religiosos ejecutados por diferentes religiones del ala judeo cristiana. 

Ahora  bien, cuando vemos los sitios relacionados con el credo religioso sobre este tema no utilizan la palabra bautizo sino que ocupan el concepto de bautismo. Y si buscamos el concepto de bautizo en la real academia entonces nos encontraremos con la definición de qué es la acción de bautizar,  bajo esa lógica entonces no es raro que el bautizo se haya transformado en un “evento”, “actividad social” ligada al rito de bautizar. Pero aquí entramos en un punto fundamental de esta pregunta inicial  ¿bautizo y bautismo no son lo mismo? Definitivamente NO, hasta ahora aún no hemos tocado el concepto de bautismo que sí se describe en las diferentes publicaciones de las iglesias. Para la RAE en una de sus definiciones no hay ninguna diferencia, son lo mismo, sin embargo otras apuntan a una diferencia mencionando como un Sacramento, el primero en muchas iglesias cristianas, aquí entonces está lo que desata el nudo a nuestra pregunta. Porque debemos resolver el siguiente misterio, ¿Qué es un Sacramento? Pues bien, la palabra sacramento tiene su origen en la palabra latina sacramentum, que se compone de 2 expresiones, una que es  “sacrare”, que significa ‘hacer santo’, y por otra parte el sufijo “mentum”, que quiere decir ‘medio para’. Osea tenemos un medio para ejecutar o hacer en modo Santo o cosas Santas. Así, con esta simple distinción cabe preguntarse ¿Este es el concepto que las personas le hemos dado al concepto del bautismo durante nuestra vida? ¿Este es el concepto que aplican las iglesias a la vida cotidiana, de aquel que hace parte del uso de los medios santos?

Si el Bautizo de acuerdo a su uso cultural está asociado al acto o ritual social que se vuelve iniciación de alguien a algún grupo, entonces no es este un asunto que en mi caso me interesa tratar, porque eso ya marca una diferencia con el bautismo, pero donde sí me quiero detener, es que en el sacramento del Bautismo, los Cristicos tenemos grandes diferencias en el sentido y propósito de este acto sagrado, en primer lugar, porque el acto Bautismo no tiene ninguna relación con la pertenencia eclesiástica o a una comunidad religiosa o comunidad social entre personas de fe, sino que tiene relación con un hecho espiritual que ocurre en la persona que en conciencia, opción y libertad opta por la iniciación a una vida con la mirada puesta en el espíritu, o dicho de otro modo, con dar inicio a una vida espiritual que antes de la opción no existía, es decir, el sacramento del bautismo está ligado a un cambio en mi modo de concebir la vida habiendo realizado un pacto con Cristo Dios, por lo tanto toda mi vida queda enmarcada en este acuerdo que tiene orden, mandatos, propósito y causa.

Desde la ejecución del pago en la cruz por la deuda de Caín, que Cristo en Jesús realiza, y especialmente habiendo Cristo restaurado el espíritu en el ser humano en el hecho de los tres días, toda la especie humana queda bajo una nueva condición, una nueva realidad espiritual, pasando de vivir bajo ley de muerte o pecado (deuda) a Ley de Resurrección, es decir, ya no se muere, sino que se pasa por la muerte, lo que implica pasar de cuerpo carnal a cuerpo espiritual. Entonces al nacer el ser humano bajo esta nueva condición, sin deuda, sin pecado, es decir limpio, nadie necesita bautismo, pues no se puede limpiar aquello que ya está limpio. Es decir, no se bautiza a alguien para purificarse de aquello que de lo cual ya fue purificado, sino que se bautiza para sellar un pacto, un acuerdo con la Divinidad.

Nadie pacta o acuerda con un Dios sin saber qué es lo que está acordando y para qué acuerda algo. Si Cristo cambió la condición del ser humano, y en el hecho de los tres días liberó el espíritu en el hombre, cerró los abismos, le arrebató la potestad de la muerte al demonio y por ende el ser humano no irá al infierno sino es porque ha pactado con las fuerzas del mal. Entonces ¿Cuál sería el sentido de pactar con Dios? ¿Para qué una persona de Fe tendría que hacer un acuerdo con Dios si ya ha sido purificada?

Entonces cuando vamos mirando estas preguntas la causa espiritual se hace cada vez más 

clara, porque efectivamente Cristo declaró que tiene un Plan y que encarnó por Plan del Padre, entonces cabe preguntarse ¿Cuál es ese Plan? ¿Qué es el Plan de Salvación? El bautismo finalmente liga a la persona de fe en Cristo a un Plan y pactamos con Cristo para servir a su causa, para servir al Plan del Padre como el mismo Cristo encarnó en Jesús para servir y cumplir con la voluntad del Padre, así también Cristo mostró esta realidad espiritual diciendo “No todo el que me diga: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial.” Mateo 7, 21-27.

Las herramientas espirituales son justamente para comprender la realidad del Espíritu, y quienes tienen la disponibilidad para conocer su propio espíritu podrán aplicar no solo las herramientas espirituales, sino que todo lo que reciban de Cristo por medio del pacto que da inicio a la vida de servicio a La Causa de Cristo y del Padre, el Bautismo.